Por: Ramón Michelle Pérez
Rosario Anaya |
MEXICO.- La bióloga Rosario
Anaya Corona, fundadora del proyecto de Economía Solidaria y Comercio Comunitario de
la Unidad de Apoyo a las Comunidades Indígenas de la Universidad de
Guadalajara (UACI); compartió sus experiencias el pasado 09 de
septiembre, en el Museo Regional de Jalisco, ante una centena de
asistentes, muchos de ellos jóvenes y mujeres interesados en aprender
sobre esta forma alternativa de hacer comercio solidario sin depredar a la
naturaleza y fortaleciendo la soberanía
alimentaria.
"Hace 12 años nos detonó muy fuerte, comprender
que no se trataba de decirle a la gente qué hacer y nos fuimos a escucharlos
para entender cuál era el problema. En ese tiempo nos dimos cuenta que no
había maíz en la sierra de Manantlán y realizamos un taller de
diagnóstico, donde entendimos que la problemática mayor era el proceso de
cultivo del campo con agroquímicos de Monsanto. Entonces iniciamos junto al
maestro Pedro Figueroa, un proceso de capacitación, talleres y encuentros
donde cientos de campesinos optaron por el cambio a la producción orgánica; pero
no solo como el cambio de un agroquímico a un producto orgánico, sino
como un movimiento de autonomía campesina, rompiendo con la empresa Monsanto y
aprendiendo del respeto a la naturaleza", explicó Rosario Anaya.
Actualmente el estado de Jalisco es una de las zonas con mayor capacitación
en cuestiones de producción orgánica a nivel nacional, pero no basta solo con
producir, "cuando nos preguntamos ¿y ahora qué hacemos con los productos?
nos topamos con el corazón de la economía: El Mercado, es aquí donde
se vivencían las diferencias en la sociedad, donde se plasma toda la
desigualdad política y cultural de un pueblo, fue ahí donde
chocamos. Entonces comenzamos con el intercambio de
productos orgánicos y talleres para aprender todo el proceso
de conservación de productos, también aprendimos cursos
de ecotécnias, por ejemplo la implementación de estufas Lorena"
detalló la bióloga del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y
Agropecuarias (CUCBA).
Posteriormente, "me di cuenta que existía la necesidad de sembrar en la
ciudad, entonces empezamos con un movimiento de agricultura urbana y decidimos
capacitar a la gente que no tenía dónde sembrar; utilizando botes, llantas,
azoteas, paredes, en donde se pueda, el reto es impulsar la soberanía
alimentaria, el derecho que tenemos de elegir qué comer. Comenzó entonces, un
modelo fuerte de agricultura orgánica en la urbe", detalló Anaya Corona.
La Universidad de Guadalajara ha sido un impulsor permanente
de estas formas alternativas de comercialización, hace 4 años y medio se
realizó el Encuentro de Economía Solidaria en el Centro Universitario de
Ciencias Económico Administrativas (CUCEA), "se reunieron más
de 480 productores en el corazón económico de la Universidad de
Guadalajara y ahí hicimos el primer encuentro de Economía Solidaria; a partir
de ahí se detonaron movimientos muy valiosos e importantes,
los jóvenes empezaron a impulsar la economía solidaria, algunos que
ya venían trabajando con el trueque y se desenvolvieron muchos más,
hicieron vínculos, redes a nivel estatal y nacional, entonces empezó un
movimiento en el occidente mucho más fuerte, actualmente cientos de productores
y artesanos manejan trueque y multitruque en el estado de Jalisco",
destacó Rosario Anaya.
"Ingresamos a un movimiento de autonomía campesina, a
partir de redes de productores y consumidores, a nivel nacional están
registrados 22 estados de la república que manejan movimientos fuertes de
economía alternativa, como lo es la Red Tláloc y a nivel latinoamérica
hay una Red de Comercio
Comunitario Latinoamericano(RELAC) donde existen
espacios de comercialización, cooperativas trabajando, directo de consumidor a
productor, redes de intercambio a nacional, repercutiendo también a favor de
las comunidades indígenas por la protección del comercio comunitario", detalló
la ponente.
"El comercio comunitario, es otra forma de economía, donde
el centro es el ser humano, no la acumulación de capital o
el obtener dinero del desastre ecológico o la violencia, se trata de
otra forma de repensar el planeta que está en manos de cada uno, día a día,
nuestra soberanía alimentaria depende de cada uno de nosotros",
concluyó Rosario Anaya Corona.
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