Politica, economía

martes, diciembre 29, 2015

Reciclamiento y decadencias

Por Narciso Isa Conde

Opinión
La contra-revolución desplegada a partir de la intervención militar estadounidense cumplió recientemente 5O años y todavía no hemos podido revertir su impronta degradante.

Ella no ha tocado fondo, pero luego de sucesivos reciclajes de sus instrumentos políticos y variaciones en los modelos socio-políticos de dominación, sus mecanismos de control y gestión institucional  están en franca decadencia y deterioro.

Inicialmente el Partido Reformista de Balaguer  fue su principal medio de control del Estado y articulación con la clase dominante. Luego éste absorbió al socialcristianismo para pasar a denominarse Partido Reformista Socialcristiano (PRSC).

Hasta el 1978 el Partido Revolucionario Dominicano -factor importante de la revolución democrática de 1965- actuó como gran polo opositor, registrándose en  sus estructuras de dirección  un progresivo proceso de derechización; primero girando hacia la social-democracia internacional y posteriormente, a mediado de los 80, combinando la corrupción populista con el neoliberalismo y la dependencia respecto a EEUU.

De esa manera el PRD pasó a ser una fuerza de relevo dentro del despliegue y remozamiento de la contrarrevolución, una vez agotado el modelo impuesto a través de Balaguer.

Del  PRD salió tempranamente, bajo el liderazgo de Bosch y por la puerta izquierda, el PLD, compelido a contener la reproducción de las lacras en parte que motivaron su salida del PRD.

Sin embargo su inserción en el sistema y declinación física de su fundador facilitaron su derechización y posterior alianza contaminante con el  PRSC hasta su  conversión en uno de los pilares del sistema de dominación, con fuertes expresiones de corrupción y adhesión a la recolonización neoliberal cuando le tocó ejercer el gobierno.

De hecho el PLD hizo todo lo posible por transformarse en el continuador reciclado del disminuido PRSC, avanzando hasta su actual condición de corporación fraccionada y altamente corrompida.

Así, la dinámica de los reciclamientos no ha logrado contener la decadencia de los instrumentos políticos de la dominación, ni tampoco la del Estado y las instituciones en que éstas se insertan asociadas a una especie de lumpen burguesía y a mafias civiles y militares que  copan la dictadura institucional vigente.

Desde la acera del frente la parte mayoritaria del PRD (con gran parte de su viciada herencia a rastro) se ha reconstruido como PRM, intentando convertirse en otro polo del sistema. Nada sustancialmente distinto dentro  de una institucionalidad  gangrenada e insalvable, que amerita ser desmontada, desmantelada y remplazada a través de un Poder Constituyente.

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