Politica, economía

martes, diciembre 29, 2015

Hambre y agiotismo

Por Manuel Hernández Villeta/A Pleno Sol

Opinión
Con un nuevo año, nos vemos en la obligación de seguir con la prédica de que se rebajen los precios de los artículos de primera necesidad, sobre todo que se proceda a crear un listado de la canasta familiar popular, con productos que se puedan vender a precios asequibles.

Con las nuevas leyes de integración y globalización económica, a los pobres se les deja al borde de poner su pescuezo en la guillotina. Suben los alimentos, los artículos básicos, mientras que los salarios siguen congelados y se detiene una política de pleno empleo.

Lo ideal en estos momentos es fijar un listado de 20 productos que se vendan a precios reducidos en los colmados, supermercados y almacenes. La protección es para comestibles que adquieren  los pobres y la clase media baja.

Se da la salvedad de que aquellas personas y familias que desean consumir comestibles especiales, deberán pagar por ello. Un arroz de tercera categoría debe estar subsidiado, pero el de primera no puede estar sujeto a  un precio de control.

El pollo, que fue  considerado un antiguo alimento por excelencia de las familias pobres, es hoy inalcanzable con precios hasta de 65 pesos la libra. Hay que reducir el valor de los pollos, que en ocasiones es la única carne que está al alcance de los que menos ganan.

En un año electoral, el gobierno tiene que tomar  las medidas necesarias para garantizar que la comida llegue a la mesa de todos los dominicanos, y que se detenga esta especulación y agiotismo que lastiman. Una parte considerable de los comerciantes son indolentes, y no les importa ni les interesa el pueblo y sus desventuras.

Proponemos la creación de un organismo, sea independiente o asimilado al Ministerio de Industria y Comercio, que se encargue de controlar los precios de ese listado de la canasta popular. Es una medida para poder dar oxigeno a un pueblo que tiene problema con la especulación.

Con los salarios actuales, en el sector público o en el privado, es prácticamente imposible vivir una vida decente y alimentarse como Dios manda. Además hay gastos de servicios y la escolaridad de los hijos.


Uno de los grandes desafíos que tienen los dominicanos por delante es hacer frente a su futuro, con acciones igualitarias, poniendo fin a sistemas de exclusión. En el pasado, solo se pensaba en la suerte de los comerciantes y de sus ganancias, pero hoy, para mantener la paz y la tranquilidad social, también tenemos que pensar en los desgraciados y hambreados de esta sociedad.

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