Por: Neo Carmona
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| Opinión |
Nadie medianamente informado sobre lo que debe ser un verdadero acto de
rendición de cuentas de un presidente ante el Congreso Nacional y el pueblo al
que se debe, ni mucho menos que viva la realidad social de nuestro país, puede
calificar la bochornosa alocución del presidente Danilo Medina Sánchez el
pasado 27 de febrero, precisamente el día en que deberíamos celebrar la
Independencia Nacional, de rendición de cuentas.
Lo que
hizo el presidente fue, una vez más, burlarse de un pueblo digno de mejor suerte,
instituciones fuertes y hombres y mujeres valientes. En cualquier otro país
menos resignado, hubiese sido obligado a presentar su renuncia o, mejor aún,
destituido.
El ganado sagrado
"No habrán vacas sagradas..." afirmó descaradamente el
presidente Medina en su discurso de marras. ¡Imposible! En una trama de
corrupción tan grande y tan enquistada en el Gobierno y las instituciones del Estado,
muy inocente sería, incluso egoísta, pretender que haya una vaca sagrada.
Estamos hablando de todo un ganado sagrado y del propio presidente como el Toro
Rey de la manada.
En la UASD: que el saneamiento inicie por las aulas
Recientemente se ha rescatado de forma coyuntural el término
"saneamiento" a lo interno de la Universidad Autónoma de
Santo Domingo (UASD). Amén de que la UASD necesita transparentar su accionar,
sus finanzas y sus procesos académicos y administrativos, el verdadero
saneamiento debe empezar por las aulas, espacios sagrados del proceso de
enseñanza-aprendizaje y desde donde se ejecuta la misión de la institución. Es
imposible que un/a profesor/a pueda enseñar correctamente en aulas sin
ventilación, sin ventanas, sucias, deterioradas, en medio de un bullicio, sin
pizarras, sin escritorios, sin sillas, sin recursos didácticos y tecnológicos para
apoyarse en su labor educativa. Pero peor aún, es más difícil que los/as
estudiantes aprendan. Profesores/as buenos/as, que logran el objetivo, y
estudiantes excelentes y competitivos/as, en esas condiciones, son verdaderos
héroes, heroínas y fenómenos.
El autor es estudiante y servidor universitario
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