Por Francisco Luciano
Opinión |
El plantel escolar es una estructura física donde se
llevan a cabo las actividades propias del quehacer educativo y es el espacio
donde confluyen los actores de dicho proceso: docentes, alumnos, directores,
orientadores, personal de apoyo, padres y tutores. Indudablemente que los
planteles son lugares alrededor de los cuales se organiza a la comunidad
educativa y se le articula con la sociedad.
Hasta el año 2013 los planteles escolares de la República
Dominicana tuvieron un uso de masividad intensiva pues, en muchos de ellos
funcionaron y todavía funcionan dos y hasta tres escuelas
distintas, en tandas de 8 a.m. a 12:00 m., de 2:00 a 5:00 p.m. y de 6:30
a 10:00 p.m.
Al destinarse el 4% del Producto Interno Bruto, como inversión en la educación, el gobierno dominicano concibió un nuevo modelo educativo, con horario de 8:00 a.m., a 4:00 p.m., que se conoce como tanda extendida, lo que hace necesario levantar nuevas estructuras donde alojar a los alumnos, no porque haya crecido significativamente la matricula estudiantil , sino porque al extenderse el horario se requiere de prácticamente duplicar el número de las instalaciones, así como de adecuar los viejos espacios para incorporarles cocinas, comedores, salas de tareas entre otras facilidades que permitan desarrollar en ellos la tanda extendida.
La educación vive una época de oro y nunca antes como
ahora se habían construido tantos planteles escolares, pues no es lo mismo un
plantel que una escuela, el plantel es el edificio, mientras que la escuela es
la institución que se aloja en el plantel y está compuesta por los
maestros, los alumnos, los directores, el personal de apoyo y la comunidad que
se integra para llevar a cabo una programación, que implementando
las técnicas educativas, desarrolla los procesos y contenidos que
al ser asimilados y socializados por alumnos y maestros, formaran
en un ciclo de doce años a nuestros niños, niñas y adolescentes en
adultos responsables, impregnados de los principios y valores que
conforman nuestra nacionalidad, con los niveles de conocimientos que les
permitan ser socialmente responsable.
Se puede tener cualquier cantidad de edificaciones
modernas, equipadas con cocinas, laboratorios, áreas deportivas y de
recreación, con bibliotecas, talleres y hasta con tecnologías modernas,
pero si allí no se instala la escuela con sus actividades propias,
no se desarrollara el aprendizaje ni el conocimiento.
Esa carrera por alcanzar la meta de construir
los planteles escolares que se necesitan para avanzar con la
implantación de la tanda extendida, ha llegado hasta la Universidad Autónoma de
Santo Domingo (UASD), con la propuesta de levantar dentro de su campus un
plantel de veinticuatro aulas que permitirá reubicar los estudiantes del Liceo
Experimental Altagracia Amelia Ricart Calventi, lo que ha desatado, una
polémica entre quienes aplauden y promueven la iniciativa y quienes se oponen y
la critican.
Quienes están de acuerdo con la iniciativa la presentan
como una oportunidad para incorporar el Liceo Experimental al modelo de
tanta extendida, para facilitar un mayor control de las autoridades de la
academia sobre sus instalaciones y observan la posibilidad de usar las mismas
como aulas para los estudiantes de grado en horario a partir
de la 4:00 p.m. así como en los fines de semana.
Quienes se oponen, lo presentan como “una imposición
inaceptable del gobierno que viola el principio de autonomía”, aducen que
“reducirá el espacio del campus”, que “limitara el área de parqueos para la guaguas
que transportan los estudiantes de la periferia de la ciudad”, que “es un
contrasentido meter una escuela de niños, niñas y adolescentes en un campus
universitario que con frecuencia recibe la agresión de bombas lacrimógenas y
que eso pondrá los niños en peligro” y que en lado Este le queda la
peligrosa avenida de tiro rápido donde desemboca el túnel.
Lo cierto es que la pasión nubla la razón y eso hace
que la gente se encierre en su punto de vista clavando anclas en favor
del mismo, negándose la oportunidad de mejorar la propuesta que se ha
puesto sobre la mesa.
A continuación nos permitimos presentar algunas ideas que
podrían ayudar a mejorar la calidad del Liceo Experimental y la
Facultad de Ciencias de la Educación, al tiempo que aprovechamos la
oportunidad de asimilar nuevos espacios de aulas que tanta falta hacen en
la sede central de la Universidad.
No seriamos la primera academia de educación superior que
tiene en su campus un liceo experimental, pues la UNAM de México y la Universidad
Nacional del Ecuador, para solo citar dos, cuyo modelo es similar al de la UASD
lo tienen, sin que ello afecte la seguridad de los estudiantes
preuniversitarios.
En el caso propio de la UASD, debemos hacer
notar que, por años funciona dentro del campus de la misma, la
estancia infantil y hasta la fecha ninguna movilización la ha afectado, así
como tampoco la cercanía que ella tiene con el túnel de la parte Este de la
universidad.
Para que el gobierno viole la autonomía
tendría que hacer la construcción sin el consentimiento de las
autoridades de la Universidad y por otro lado, lo de que limitará el área de
parqueos no puede ser el argumento lógico para oponerse a la construcción
del plantel, pues la misión de la Universidad, no es garantizar
el parqueadero de guaguas, sino el de brindar servicios educativos.
Tampoco estaría bien usar las instalaciones del
Liceo Experimental para los estudiantes de grado, pues eso va a
colocar sobre ellas un sobre uso que las deteriorará rápido y conociendo
las precariedades económicas en que se maneja la Universidad, pronto se
convertirían en un cementerio, similar al que se ha convertido el plantel
que hoy aloja el liceo.
Proponemos la creación de la Ciudad Pedagógica de la
Universidad Autónoma de Santo Domingo, haciendo uso de las actuales
edificaciones del Liceo Experimental y las del Edificio Eugenio María de
Hostos, con el cierre de la calle que separa dichas construcciones,
remodelándolas para adecuarlas de manera que sean dedicadas para alojar
la Escuela Primaria y el Liceo Experimental, ambos en tanda
extendida; convirtiéndola en el laboratorio de prácticas docentes para
los estudiantes que cursan estudios en la Facultad de Educación, con lo que a
más de formar a los niños, niñas y adolecentes de ambas escuelas se
mejorarían los niveles de calidad en la formación de los
futuros profesionales de la educación.
La edificación propuesta para construirse en el área
noreste del campus universitario debe hacerse, pero para ser usadas como
edificio de aulas para la UASD y así se resolvería la discusión sacando
el mejor beneficio para la Universidad, mejorando la calidad formativa de
los egresados de la Facultad de Ciencias de la Educación.
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